sábado, 26 de septiembre de 2009

... y nos picó la serpiente


A principios de año os comentaba lo que pasaba con los bisfosfonatos (Fosamax® (alendronato) de los laboratorios Merck Sharp & Dohme y ahora la Agencia Española del Medicamento nos confirma la picadura de la serpiente (os dejo el enlace http://www.agemed.es/actividad/alertas/usoHumano/seguridad/NI_2009-10_bisfosfonatos.htm )... la Seguridad ante todo.
Pero os voy a trasladar un pequeño dato extraido de BMJ de agosto de este año (http://www.bmj.com/cgi/content/full/339/aug06_1/b3155) En él se decribe la demanda interpuesta en abril del 2006 contra la farmacéutica Merck, por la probable osteonecrosis maxilar provocada por Fosamax, así como la forma de ocultar información a la población; nos decribe el caso de la señora Shirley Boles de Florida, mujer de 70 años a quien se le prescribió ácido alendrónico en 1997 y lo continuó usando durante una década. Posteriormente, después de la extracción de dos dientes en el 2002, la Sra. Boles desarrolló una osteonecrosis de mandíbula.

La farmacéutica Merck, argumentó que la señora Shirley Boles tenía un historial de tabaquismo y problemas médicos diversos por lo que la demanda debía ser rechazada.

Curiosamente el juez del caso se basó para aceptar la demanda en tres premisas:

  1. la teoría más que probable con los datos que se tenían entonces del riego de osteonecrosis documentados
  2. los documentos internos de Merck, revelando detalles de correos electrónico internos en 2005: el Doctor Kimmel escribió que "la reducción de remodelación del hueso probablemente reduce la capacidad natural de la mandíbula de regenerarse, y que la exigencia de curar el hueso en pacientes tratados con bisfosfonatos puede conducir a la muerte del hueso de mandíbula”.
  3. Lo que hizo la compañía Merck Sharp & Dohme a fin de alcanzar sus objetivos de ventas y proyecciones de beneficios para el Fosamax®: antes de que se saliera a la luz , la compañia, no corrió para informar a los usuarios del riesgo que se tenía sino que ha reconocido que su decisión fue ampliar el mercado en 2005 de la osteoporosis más allá de la mujer, argumentando un"desplazamiento de la umbral de tratamiento"
... Ya se sabe que la serpiente no cambia, y la historia desgraciadamente se repite. Su estrategia: ocultar información para sacar el máximo de beneficios mientras se acosa al demandante o al informador. Todo un ejemplo de su dedicación a la ética y a la transparencia.


jueves, 17 de septiembre de 2009

Tienes 20 céntimos para combatir la Malaria?


Esta noticia no llenará muchos titulares de prensa, pero es un gran avance, os lo aseguro.
Os muestro como aperitivo a un referente mundial en materia de malaria y paludismo y que además es buena persona. Se llama Pedro Alonso (es españolito) y desde aquí quiero dar un pequeño empujón a su enorme labor en este campo (vacuna incluída); es además uno de los autores de esta noticia que os aporto.
Os voy a situar un poco: La malaria (y no la gripe A) es un problema de salud pública de primer orden en el mundo (y sobre todo en África )y la primera causa de mortalidad infantil en este continente, hasta el punto de que cada 30 segundos un niño muere a causa de esta enfermedad.

La OMS tenía parada esta terapia profiláctica con una actitud bastante cicatera. Es cierto que no es ninguna panacea pero tiene su valor con estos datos tan escalofriantes: El tratamiento preventivo intermitente (TPI)con sulfadoxina-pirimetamina es una estrategia prometedora para el control de la malaria en niños (asegura The Lancet en su último número: http://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736%2809%2961258-7/abstract). El artículo recoge el análisis agrupado de seis ensayos de la seguridad y la eficacia de la PIP en los lactantes (TPI) con sulfadoxina-pirimetamina en África, concretamente en Tanzania, Mozambique, Gabón, y Ghana).

En conclusión el artículo nos dice que el tratamiento con sulfadoxina-pirimetamina es seguro y eficaz en una amplia gama de ajustes de transmisión de la malaria, lo que sugiere que esta intervención es una contribución útil para el control de la malaria.

El medicamento es extremadamente barato (20 céntimos) no tiene patente (viejito ya) y se aprovecha la visita de las madres que acuden a vacunar a sus hijos para administrarles la medicación.

¿Seremos capaces de reconocer que esto sí que es importante?¿Saldrá algun referente de Farmaindustria para promover esta alternativa sin que tenga los pingües beneficios que tienen por norma?

Gracias Pedro Alonso